Bullying es un término anglosajón que sirve como rótulo de identificación para aquel o aquellos que practican el acoso y violencia escolar contra los propios compañeros. Aunque el término se ha hecho famoso en las noticias y programas de análisis social transmitidos en la noche, otros también apelan al término “Mobbing” referido a movimientos de grupos o personas (mob), cuya implicancia de acción recaen en el daño físico y psicológico aplicado a otros estudiantes, mientras que el bullying acentúa su efecto en el daño físico.
El bullying (o Mobbing) no es más que un nombre para una desagradable práctica que tiene tantos años como los primeros centros educativos. El desarrollo del bullying se interpreta como una conducta persecutoria de un victimario contra su víctima, perpetrándola física y psicológicamente de manera constante y reiterada. Para los viejos que miren hoy atrás, algunos podrán identificarse como víctimas o victimarios, o ambos, otros tendrán la suerte de no caer en ninguna descripción, pero aunque uno quisiera apelar a que simplemente “no se tuvo conciencia” o "cosas de niños", el bullying es un acto negativo, conciente y deliberado ya que su acción esta destinada a suplir una carencia interna de quien ejecuta, ya sea saciar un deseo de poder, reproducción de la violencia intrafamiliar, búsqueda de reconocimiento y atención, etc. Tal vez como se expresara un joven victimario en un programa que discutía el fenómeno: “era la única forma de asegurarme en que alguien me iba a recordar”, lo que nos induce a pensar en un sentimiento de soledad y rechazo profundo, en fin, las variables son múltiples.
Esta descripción del acoso y violencia escolar no es más que la acción del suceso, no obstante hay una reacción, quizás hoy en día entrada en moda a nivel internacional, tal es el caso de las masacres estudiantiles. Aunque este tampoco sea un fenómeno aislado o reciente, lo que lo hace particularmente especial en los últimos años es la proporción numérica resultante.
Siendo la renombrada “Bowling for Columbine” de Michael Moore una de las "reacciones" que mejor se ha documentado, las masacres gringas han alcanzado su peak con la reciente matanza en Virginia Tech por un estudiante de origen sur-coreano y cuyas réplicas en Finlandia y el frustrado intento en Alemania han dado tema para hablar indefinidamente. Quienes sintonizan el canal CineMax podrán ver la película “Bang Bang you are Dead” que relata la historia de un joven acechado por los “Bullys” de su colegio hasta que decide planear una masacre, película que esboza en detalle la mentalidad de la víctima de abuso.
Pareciera ser que el desarrollo de las ejecuciones masivas en las aulas se ha transformado en el grito de protesta de las víctimas sometidas a años de agresión sistemática por parte de sus pares escolares o incluso por el sistema mismo que privilegia los altos estándares de excelencia por sobre los desvalidos y atropellados que han quedado a un costado del camino, dejados a su propia suerte. Estas masacres se han conformado como la voz de libertad, la expresión última de quienes son denominados por los gringos como “underdog” (los débiles), la reacción contra el bullying. Como dijera el tema de Pearl Jam... "Jeremy has spoken"
Es irónico pensar que los actores de estas matanzas sumarias en colegios y academias parecen ser una reproducción de los bombarderos suicidas del medio oriente, los cuales, independiente de la obvia y horrenda fatalidad consecuente de las explosiones, el fin no esta en la muerte de civiles (ya que estos al final no son más que un número en la ecuación de quien ejecuta) sino en el “manifiesto” que queda al final del día, esa es quizás la gran semejanza entre ambos fenómenos, este dar la vida propia (o quitarla) por una causa, como mensaje a los grandes abusadores y a quienes nunca hicieron nada. Podemos alegar inocencia e injusticia, pero en lo más profundo del suicida, somos todos cómplices con aquellos que diseñaron la arquitectura de su misera y dolor.
¿Cuánto queda en Chile para ver estas masacres?, ¿serán nuestras variable sociales tan distintas como para que no ocurra? Hay quienes deducen que estos fenómenos han ido en aumento desde la inserción masiva de la mujer al campo laboral, lo cual ha dejado este hueco en la vida mental de los niños en crecimientos, los que se han ido llenando de pensamientos distorcionados respecto de las agresiones sufridas, sin poder canalizar las experiencias traumáticas y angustiantes puesto que ya no hay adultos presentes con el tiempo necesario para poder apoyar y dar dirección a este frágil pero ávido niño, el cual irá creando su realidad a partir de la experiencia adquirida. Una teoría explica que la madre es constructora de la imagen de familia, puesto que en la visión tradicionalista el padre era quien trabajaba y la madre criaba, entonces ¿como surge la imagen de padre en el hogar si este se ausentaba por razones de trabajo? Pues aquí entra la madre con la típica frase "tu papa te quiere" o " tu papa esta ocupado", en otras palabras, la imagen de padre es un cuento materno según algunas reflexiones de género en Latinoamerica, pero si no esta la madre para construir la imagen de familia y el padre tampoco, ¿como constuye el niño(a) una imagen de familia?, ¿Cómo puede darle un sentido menos angustiante a las dolencias que inevitablemente depara la vida?, ¿donde esta el apoyo sin nadie en el hogar? Por supuesto no se trata de culpar o responsabilizar a las mujeres ya que en definitiva el compromiso recae en la familia completa, el centro educativo y hasta en las políticas del sistema.
Lo cierto es que el Bullying es un acontecer que surge décadas antes que el concepto mismo fuera acuñado, acá lo denominamos “matonaje”, no obstante, la repercusión culminante en masacres estudiantiles de lo cual hoy en día podemos medir por litros se sangre, es un fenómeno en aumento y en constancia.
Si el matonaje chileno va en aumento ¿Qué debemos pensar?, ¿Llegaremos al punto en que el matonaje tenga como contrarespuesta la masacre?
Consiglieri
1 comentario:
Buh, así como vamos no me extrañaría nada una respuesta afirmativa a tu última pregunta. Matonaje y masacre: un paso. Los incentivos y motivaciones de los "peques" de hoy en día son muy diferentes a las de cinco u ocho años atrás. Hoy buscan estímulos de mayores magnitudes. Sorprenden.
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