Así como el crimen se ha vuelto objeto de adoración en los medios de prensa, ya que al fin y al cabo el crimen nunca se agota como fuente de noticia; ha subido a la palestra una nueva tópica con sus ya contados anécdotas que alcanzaron el oído público, con esto me refiero al sexo en adolescentes. Por cierto, la temprana práctica del sexo no es de extrañarnos ni tampoco nos corresponde demonizar o enaltecer su función en nuestra sociedad y en la vida humana en general, no obstante, el sexo desde hace ya mucho tiempo ha salido del marco de ser una “necesidad vital” (como lo es comer) y ha entrado a las filas del vicio, casi como una actividad innecesaria y externa que una persona elige de forma egoísta para satisfacer un impulso carnal (que sin duda ocurre de dicha forma muchas veces), visión que ha sido nuestra herencia de una doctrina religiosa antigua que ha fundado su “aceptación” de Dios por medio de la “negación” de muchas prácticas vitales.
Aunque objeto de innumerables sátiras, mofas y tabúes, el sexo por sí solo no es realmente el tema en cuestión sino la edad de su inicio. Desde hace un tiempo que, con un aire de fama y galardón en medio de la desgracia, la frase “Wena Naty” ha ocupado nuestras mentes y los encabezados de periódicos y reportajes, al punto que ha establecido una línea entre el antes y el después de este boom por el sexo adolescente que ya se puede rotular como los periodos Pre y Post-Wena Naty (algo así como
Independiente de lo que vaya en aumento con estas noticias exclusivas de la temprana actividad sexual, es importante destacar lo que se degrada y se abandona al paso que nos conmovemos y sobresaltamos con las noticias de este grupo juvenil en la mira de las cámaras. ¿Alguien le ha preguntado a Naty que significa para ella tener sexo o involucrarse en actos de orientación sexual?, ¿Alguien le ha preguntado eso a cualquier joven que se ha visto involucrado en noticias públicas respecto a dicho tema?, ¿Qué pasa en sus hogares?, ¿Qué pasa en su barrio?, ¿Qué cosas ven?, ¿Qué cosas oyen? Parece que la opinión del tema la tienen los adultos y los autores y afectados por consecuente (los jóvenes) quedan en el más vertiginoso abismo del silencio, al margen de la opinión. ¿Qué se gana teniendo sexo tempranamente?, supongo que la opinión mayoritaria dirá que es una simple curiosidad que nace después de haber sido testigo de algún material o de algún hecho que incitara explorar la sexualidad, ya sea lo que se ve u oye en el hogar, medios masivos de comunicación, etc. Aún así es muy limitado pensar que todo lo promueve la curiosidad y los malos ejemplos puertas adentro. Ya se sabe, por ejemplo, que mucho de los embarazos adolescentes no se deben solo a un descuido sino a lo que implican en una estructura familiar. Digamos que una niña, hermana mayor de otros 4 hermanos chicos, a los cuales tiene que atender y partirse la espalda para lavarles y hacer sus weas, queda embarazada. A la mente saltan ideas automáticas como ignorancia, falta de precaución, mala dirección en el hogar, etc. A pesar de esto, el embarazo resulta también como el escape de una vida esclavizada porque el embarazo representa una escalada en la jerarquía de
Aunque el embarazo este un tanto dislocado de la temática del sexo en adolescentes que se trata al comienzo, es un incentivo para que nos preguntemos, ¿Qué buscan los jóvenes con el sexo?, ¿Qué se gana más allá del placer y la curiosidad que todos parecen acertar como únicas respuestas? (de ahí la analogía con la historia del embarazo), ¿Qué otro significado puede tener?, ¿Se trata de ganancias o no?
Más importante aún, y que pareciera que no se ha tomado en consideración, es la rotulación y estigmatización de hombre y mujer como géneros. Como no podemos decir que hemos salido de una sociedad machista, porque lo sigue siendo, es importante pensar en las repercusiones. Para el hombre difícilmente esta muestra de sexo temprano significará la pérdida de la masculinidad, muy por el contrario, la fortalece (hasta que te llega la noticia que te tienes que hacer responsable de un cabro chico), pero para la mujer resulta muy dañino puesto que esta la tendencia social y distorsionada a generalizar. Si una mujer es puta, todas lo son y si un hombre es mujeriego, todos lo son. Hay un chiste que ilustra muy bien esta generalización y estigmatización de los géneros masculino y femenino, basándonos en la definición de roles, dependiendo si los cumple un hombre o una mujer, van algunos ejemplos:
Zorro: Valiente héroe del pueblo que defendió la soberanía
Zorra: Puta
Aventurero: Intrépido hombre en busca de nuevas experiencias de alto riesgo
Aventurera: Puta
Escalador: Actividad de aquel hombre que practica el alpinismo
Escaladora: Puta
Domador: Hombre que controla a las bestias en espectáculos circenses.
Domadora: Puta
El desmedro implícito en el abordaje de la temática del sexo en adolescentes es algo que aún no se ha captado ni atendido debidamente, más aún, es un tema que se aborda al margen de los personajes centrales de la historia (los jóvenes), teniendo estos poco peso en los medios y en las noticias, resultando como objetos de discriminación y rechazo.